Situado en un hermoso islote unido al continente por un pequeño istmo de tierra o tómbolo, con sus 34 metros de altura, se alza vigilante desde 1860, el impresionante Faro de Trafalgar. Protegiendo a navegantes y pescadores de la zona de los peligros del mar.
Alrededor del faro se han encontrado restos de un antiguo poblado fenicio, así como un antiguo templo romano y una factoría de salazones. También los restos de una torre de vigía desmantelada para construir el faro nos recuerda el pasado musulmán de este territorio.
Cada tarde las dunas, los pinares y la torre cónica de la atalaya se visten de vivos colores anaranjados creando una atmosfera mágica. Hasta aquí acuden cada tarde cientos de turístas y visitantes para disfrutar de la calma y de sus bonitas puestas de sol. Un lugar donde sin duda corremos el riesgo de quedarnos sin memoria en la tarjeta de la cámara de fotos. No es de extrañar que este sea uno de los enclaves más visitados de la Costa de la Luz.
Este hermoso enclave se tiñó de sangre en 1805 en una de las mayores batallas navales que se recuerdan, la Batalla de Trafalgar. El famosísimo Comandante Nelson con una flota de 27 navíos se dio cita con la poderosísima flota franco-española en la costa del Cabo de Trafalgar. El resultado fueron 449 ingleses muertos frente a 3243 muertos en el bando español dando lugar a una de las mayores derrotas militares que se recuerdan en España.
El Cabo de Trafalgar fue declarado Monumento Nacional para salvaguardar y proteger una zona de tan alto valor paisajístico y cultural. Aunque se prevee que en un futiro cercano, el Faro de Trafalgar se convierta en un hotel con encanto.
Disfruta de vídeo y de la vista aérea del Faro de Trafalgar